War Dogs (2016) - Fuente: collider |
Yo creo que un trailer también es cine. Ciertamente es un producto audiovisual, usado para presentar una película, pero de alguna manera también es cine. Un trailer cuenta una historia, una historia que una película debe contar al completo, pero una historia al fin. Es lenguaje audiovisual que debe vender, pero es más que publicidad.
Analizar un trailer puede ofrecer cientos
de ejemplos, ya que hay tantos avances como películas (incluso más), eso es
indiscutible. Esto significa que hay miles de análisis para hacer referentes a
varios problemas. El mayor problema de los avances hoy en día, al menos en las
grandes superproducciones que constantemente lucen sus trailers en todas las
salas, se divide en dos aspectos: 1) la
mentira y 2) el exponer demasiado.
Dónde encontrar esos problemas es muy fácil, de hecho, tengo ejemplos muy
claros de este mismo año. Pero no siempre estoy a favor de desmantelar y
analizar algo negativo. No, ahora permanezco en este año, pero con un buen producto,
un corto que hace un excelente trabajo de enseñar su concepto y venderlo,
incluso si debe mentir un poco en el proceso. Me refiero a este trailer:
Si ya le dieron play al mismo, sabrán que
el avance le pertenece a War Dogs, una suerte de sátira real
o simple comedia sobre la venta de armas, dirigida por Todd Phillips. La
profesión protagonista es una labor más que sombría, acercada desde el punto de
vista del “sueño americano”. Como comedia, ese es un concepto bastante difícil de
vender, más cuando el verdadero tono de la película no es especialmente
frenético ni sumamente humorístico. Se trata de una crónica bastante increíble
que enseña un mundo desagradable, de la mano de personajes igual de
desagradables. Así que estamos hablando de una comedia negra, que debe ser lo
suficientemente cómica como para mantener el interés en las aventuras y
desventuras de sus dos protagonistas. Personajes que podrán pasarla bien, pero
nunca son aprobados desde un punto de vista social. En fin, es la viva imagen
de una comedia negra, y como tal, llega una cuestión difícil: ¿Cómo se vende
algo así?
La respuesta es el exceso. Cualquier
comedia maniática es cómplice de algún exceso. Ese exceso refiere a repetidas
imágenes de un par de temas adictivos, ilegales, placenteros, cuestionables y a
la larga, malos. Además, como cualquiera diría, todo en exceso es malo. Aquí
debo presentar el ejemplo más claro en excesos del cine reciente. Ese es El
Lobo de Wall Street, la épica reciente de Martin Scorsese, que
efectivamente acabó siendo lo que su trailer mostraba: exceso, exceso y más
exceso, en una duración bastante descomunal. En mi opinión, esa es la cumbre
del hecho al que me refiero, dado que la considero una obra maestra. Pero
suficiente de ese film, pretendo centrarme en su trailer…
Ese avance vende su producto a la
perfección, ya sea que hablemos de su lenguaje, su concepto, su juego o incluso
su excelencia. Al tener una cinta difícil de vender, y situada en el mismo
género, War Dogs presenta una estrategia
similar e igual de eficaz a la de El Lobo
de Wall Street, incluso si miente un poco con su tono. Lo que venden ambos
trailers no son argumentos y no son personajes, son temas, son conceptos, ambos
tan importantes como los protagonistas. Esto es inteligente, principalmente
porque no hay ningún tipo de sobreexposición. Las secuencias no tienen orden,
no tienen diálogos esenciales y no tienen momentos que realmente hagan a la
película. Sin embargo, todo es representativo del producto a la venta, el cual
entiende sus temas y puede presentarlos sin una descripción de la narración.
Esos temas se presentan bajo la percepción de sus atrevidos personajes. Y esa
percepción contagia al espectador, a base de una edición convincente, frenética
y propia de un excelente video musical.
Técnicamente, la forma es sencilla. Ambos
avances tienen una edición similar a la de un video musical, haciendo que las
imágenes choquen con cada ritmo y golpe de la canción que se distingue en el
fondo. Esa canción suplanta la obvia cascada de diálogos, que en este caso solo
aparecen para explicar un poco a sus personajes o hacer algún tipo de chiste.
Eso es algo fantástico, ya que el dialogo es el fuerte de los dos films,
particularmente de El Lobo de Wall Street,
que no para de ofrecer líneas memorables. Ahora, este cine es vendido por sus
imágenes y por su actitud, al tratar con algo difícil de vender. Además de sus
trailers, lo que relaciona a War Dogs
y El Lobo de Wall Street son sus
temas y como van por encima de sus argumentos en la campaña de marketing. En
dos palabras, estos temas son el
capitalismo y el poder, visitado
por personajes éticamente cuestionables. La propia falta de ética recibe un
acercamiento entusiasta por parte de los productores del film. Ahora, cuando
llega el resultado no todo es entusiasmo, particularmente en War Dogs, pero no cabe duda que su forma
de presentación es correcta y no mentirosa. Entendiendo que la misión de este
cine no es demonizar a sus protagonistas, todo pasa a tratar sobre el juego con
el espectador a la hora de presentar sus asombrosas y excesivas vidas.
El Lobo de Wall Street (2013) - Fuente: collider |
La maravilla de estos dos trailers yace en
la capacidad para tentar al espectador con algo que éste no aprueba. Porque uno
piensa que la persona en la butaca no es partidaria del crimen, de las drogas o
del dinero sucio. ¿O sí? Cualquiera sea la situación, la manera es la misma:
tomar esos conceptos demonizados y presentarlos con entusiasmo y brillo. Se
trata de hacer que el exceso sea muy atractivo a un nivel audiovisual.
El exceso es clave en la historia de estas
películas, no obstante, la mayor conexión le pertenece a la presentación de
personajes malos. Unos son peores que otros, pero la ética de todos es
desagradable, haciendo cosas que no son precisamente graciosas, pero que aun
así se presentan de esa manera y salen victoriosas. El arte en estos avances le
pertenece a la habilidad de convertir al crimen y al exceso en algo deseable
para la audiencia. Y eso solo es su capacidad temática.
En lo técnico, los elementos son similares,
incluso hasta en el uso de texto, que se presenta con una fuente oscura sobre
un amarillo muy chillón. Luego están los temas de cada cinta, aquellos que los
trailers deciden poner por encima de los personajes. El primer caso, War Dogs, presenta tres temas
principales: Dinero, Armas y la Ilegalidad, en la forma de
drogas y actos criminales. El Lobo de
Wall Street introduce Dinero, Sexo e
ilegalidad. Eso es lo que guía todo lo demás en los avances, y mirándolos
con atención, esos temas son repetidos una y otra vez, de forma que el
espectador entienda los simples factores que mueven a estas películas, antes de
que los mismos ofrezcan bastante más. Como dije, la forma de presentarse es a
base de muchas imágenes: mucho dinero, mucha droga, muchas armas, mucho sexo,
etc. Vean los siguientes cuadros y entenderán de lo que hablo. Estos son 15
fotogramas de cada avance, los cuales representan la repetición del exceso en sus
propuestas de venta.
Capturas del trailer de War Dogs |
Capturas del trailer de El Lobo de Wall Street |
Los elementos presentados son malos, eso es
un hecho incluso con este lenguaje. Esa maldad existe bajo el solo poder del
exceso. Aun así, hay festejo en todo esto. Hay euforia, hay diversión, y el
objetivo de estos avances es pasarle esos sentimientos al espectador. No
funcionará para todos, pero que esta sea la forma de vender este tipo de cine
significa que es la forma más efectiva. A su vez, es la forma más sobresaliente
desde un punto de vista técnico.
Se trata de un trabajo excelente que
funciona y resulta curioso por cómo busca que las malas prácticas sean
deseables o disfrutables, jugando con nuestra mente entre medio del buen rato
que pasan las personas en pantalla. En el medio de todas esas imágenes de
festejo, vemos armas, dinero sucio, drogas, lujuria y actos excéntricos. Y
nosotros aceptamos esas imágenes, y aceptamos la energizante disposición de las
respectivas películas. Una energía que uno no suele adjuntar a las narraciones como
esta. No, lo que uno asociaría es desagrado e ilegalidad, pero la magia de
estas cintas consigue escapar a esos sentimientos, para centrarse en lo que
sienten sus protagonistas realizando actos controvertibles. Ellos están
felices, y los avances y hasta las propias películas quieren que ese disfrute
corra por nuestras venas a medida que miramos perplejos sus malas prácticas. Todo
para darnos una buena e inteligente lección que va más allá del bien y el mal.
Dejando el ingenio arriesgado de cómo
funcionan tanto El Lobo de Wall Street como
War Dogs, mi intención es subrayar la
excelencia de cómo estas dos cintas se vendieron. Su estrategia no miente, es
sincera, arriesgada, con el material justo, con las imágenes justas, con la
edición perfecta, y con la presentación de un producto que es como es y no
tiene vergüenza de ser de esa manera. Es lo que es, y estos avances muestran
eso con un entusiasmo brillante y una habilidad que pocos trailers son capaces
de lograr sin arruinar toda la experiencia en el proceso. Un trailer es solo
una pizca de algo más, y estos son dos fragmentos que funcionan como eso. Como
catadas sinceras de lo que son sus productos valientes y desfachatados.
Una vez más, no hay mentiras, y hay tanta
ambigüedad como entendimiento de lo que es cada film. Estos son dos trailers
excelentes y les recomiendo que vuelvan a verlos a continuación. Solo que esta
vez, no se dejen llevar por su euforia y analicen su lenguaje. El mismo es
mucho más inteligente que su excesivo comportamiento.
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