No Respires (2016) - Fuente: screenrant |
Atención: el siguiente texto contiene pequeños spoilers de No Respires.
Las últimas dos semanas me pasé escribiendo sobre No
Respires, el nuevo trabajo de los realizadores uruguayos Fede Alvarez y
Rodo Sayagues. Soy uruguayo y me gusta escribir sobre cine, por lo que era inevitable
que invirtiera mi tiempo en este producto sobresaliente. En mi otra web me
encargué de escribir una crítica,
algo de la censura del film e
incluso sobre la “solución” a esa
censura. Sin embargo, entre lo que fue noticia, deje un par de aspectos artísticos
con lugar para análisis. A eso me remito ahora, al factor mejor ejecutado por No Respires, una película experta en espacios.
Es sencillo argumentar que para una película ambientada en
un solo lugar es fácil definir sus espacios y darle una lógica a los
mismos. La realidad es que es más fácil que
delimitar un relato de múltiples espacios. Pero no por eso hablamos de una
tarea sencilla, ya que uno de los primeros objetivos de un film de un único lugar,
es que el espectador se sienta dentro de esa locación. Eso por razones
argumentales, técnicas y artísticas. Razones que lo nuevo de Fede Alvarez tiene
en cuenta con mucha convicción.
Empecemos por las definiciones. No Respires es una experiencia de un solo ambiente, que se centra
en tres jóvenes que deciden robar el hogar de un hombre ciego, ya que cuenta
con mucho dinero y se trata un objetivo fácil. El juego de la película es
claro, mostrando a una víctima que no es fácil de engañar y de hecho esconde
algo más que dinero. Escribí más de mi opinión aquí, pero en resumen, digamos que la cinta cumple y derrama gran
tensión. Mi intención con este análisis es determinar el porqué de esa tensión.
Por eso me posiciono en los espacios, siendo el mayor acierto por parte del
cine que luce la pieza a la que me refiero hoy.
Si bien esto se trata de elogiar a No Respires, introduciré sus espacios en una comparación. Esa
comparación es con Hush de Mike Flanagan (está disponible en Netflix y deberían verla),
como película muy similar a No Respires a
base de ideas y estilo. Con todavía más simpleza y un indiscutible espacio único,
Hush se para al lado de la persona
siendo acosada. En este caso la persona es sorda y no ciega, y en vez de
robada, ella es el blanco de un asesino en su puerta. Es una premisa con pocos diálogos,
que básicamente usa un juego similar al de lo nuevo de Fede Alvarez, apuntando
a tensar al público con una situación poco balanceada.
Hush (2016) - Fuente: popcornoncouch |
Habiendo visto No
Respires y Hush dos veces, y
siendo estrenos del 2016, ambas son el perfecto ejercicio de comparación. Sin
comparar calidad narrativa, es posible encontrar una diferencia importante para
el efecto que buscan ambas películas, una que cambia la experiencia del
espectador. Incluso si es algo que se nota una vez que los créditos comienzan.
La diferencia está en los espacios de cada cinta. Por un lado, No Respires utiliza una casa antigua y
oscura muy completa, con dos pisos y un subsuelo, que por momentos se siente laberíntica,
a base demasiados cuartos y rincones donde casi no da la luz. Mientras tanto,
en el otro lado, Hush luce algo mucho
más simple y moderno, ya que el hogar de su protagonista (donde ocurre el
relato por completo) es un loft de espacios amplios en los que la cocina se
conecta con el salón y un par de paredes y una escalera limitan lo demás. Ahora, la habilidad queda demostrada en cuál de los dos espacios es más lógico para
el espectador.
Personalmente me parece increíble cómo estas dos piezas
similares terminaron llegando el mismo año,
pero es ideal que sea así, ya que puedo utilizar mi propia memoria como
explicación de los espacios en cada una de las cintas. Con mi memoria me
refiero a lo que soy capaz de recordar, cómo es posible que el más simple de los
espacios esté nublado en mi mente, mientras que el más complejo me resulta
fresco y lógico. Eso ocurre por el trato que los cineastas del dan a sus
respectivas locaciones; elementos que definitivamente son protagonistas pero
que no cuentan con el mismo desarrollo.
A continuación les presento un humilde plano del primer piso
en la casa de No Respires. El mismo
lo fabriqué yo a base de memoria, uniendo lo que recordaba e importaba. Lo que
pueden ver es que ese solo piso es bastante completo con unas ocho habitaciones,
espacios abiertos y limitados, y unos cuantos rincones. No es precisamente lo
más fácil de entender apenas entramos en la casa, pero en segundos, la cámara nos
da un recorrido lo entendemos todo. Entendemos el espacio por su lógica y
porque los propios cineastas detrás de la cámara deciden desarrollar a un
personaje más: la casa.
Al mismo tiempo, Hush
presenta a su protagonista en su hogar desde el inicio, con luz y constantes
caminatas. Aunque con todo eso, el espectador no se familiariza con los
espacios, ya que los mismos no reciben el mismo interés que aquellos en No Respires. Las habitaciones de Hush funcionan de forma orgánica, eso es
seguro, pero la naturalidad con la que accedemos a las mismas dificulta que la
audiencia sienta claustrofobia o la mayor clase de tensión. Principalmente
porque no conocer los espacios en esta situación significa pensar que el
personaje en peligro tiene alguna oportunidad. La tensión proviene de la escasez
de posibilidades. Si uno se asegura de que no hay posibilidades, entonces sabe
que no hay escape. Y en el caso de que el personaje encuentre uno, entonces
estará sorprendiendo al espectador, otro punto a favor. En esa simpleza, No Respires consigue ser técnicamente superior
y logra encerrar más a la audiencia.
En ambas cintas, los espacios también sobresalen por lo que
contienen. Los objetos son importantes por si solos, pero en ambos casos, uno
necesita recordar donde está cada uno. Esa es información que la audiencia
recibe pero no siempre recuerda. Una vez más, en el caso de Hush, hay objetos de interés que saltan
de un lugar a otro, pero los mismos no reciben un lugar físico que se meta en
la mente del espectador (salvo algunos casos). Si pasamos a No Respires, es fascinante ver como en sus
primeros 30 minutos, se la pasa dándole información a la audiencia. No hablo de
exposición básica, sino que se trata de información espacial de donde estaremos
parados y donde están las posibilidades de los protagonistas. Antes de dejar
ese primer piso y descender al sótano, No
Respires ofrece excelente lógica en lo que presenta, asegurándose de que el
espectador sepa todo lo que ocurre. Para esos primeros 30 minutos, la situación
se plantea de la siguiente manera.
La suma de los puntos de interés y los espacios forman a un
buen thriller aislado, ya sea que el mismo ocurra un casa (No Respires, Hush o La Habitación del Pánico) o incluso en un
espacio mucho más pequeño como en los casos de Enterrado o Phone
Booth. Entender y sentir los espacios es algo esencial para que el
espectador se comprometa con la situación de los personajes y la haga suya.
Cada thriller tendrá sus reglas o decisiones, pero No Respires es un excelente ejemplo de cómo
poner en efecto los espacios y su lógica, argumentando que los mismos son tan
importantes como cualquier personaje. De cierta manera, puede que sean hasta
más importantes. Los guionistas Alvarez y Sayagues no tienen tiempo para
trabajar y explicar demasiado a sus personajes, ya que los mismos entran en
peligro y silencio en cuestión de minutos. Ahora, mientras ellos no hablan, la
casa por la que caminan los suplanta como personaje, y se presenta al público
para darle una mejor experiencia.
Una de las secuencias más comentadas en No Respires me da la razón. Básicamente, cuando la cinta desciende
al sótano, las luces se apagan. Eso de por sí crea tensión, pero precisamente
porque quiebra por completo las conexiones que el espectador había hecho
minutos antes. El sótano acaba de ser presentado y encima de todo, el mismo se siente
como un laberinto a oscuras. Es un callejón sin salida tanto para los
personajes como para el espectador. No obstante, cuando se vuelve a pisar el
primer piso, se recupera el aliento. Eso no es solo porque las luces están
encendidas, sino porque sabemos dónde estamos parados, y si apagáramos las
luces ahí, si sabríamos a donde ir. Ese es un excelente contraste que los cineastas
realizan con conciencia y demuestra el ingenio y la preparación que va detrás de
la cámara.
Para finalizar, a continuación pueden ver un clip de No Respires, el cual demuestra el juego de
claustrofobia y el uso de espacios para crear tensión. Para el que quiera
revisitar el plano, dicha secuencia toma lugar al inicio del pasillo, empezando
desde la cocina:
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