Seguro están familiarizados con ese momento en el que vemos un trailer y una canción especial o ideal suma a la composición, vendiendo el film mejor que otra cosa. Si la canción es la adecuada, ésta pasa a ser difícil de despegar de las imágenes, tanto así que a la hora de ver el producto final es esperable anticipar esos sonidos. Por ejemplo, todavía recuerdo cuando mi padre me contaba del furor que provocaba el avance de Los Cazafantasmas en el cine, luciendo el excelente track de Ray Parker Jr. y revelando el logo de la película. Suena genial como avance, ahora imagínense que el mismo hubiera mentido y el film se hubiera estrenado sin esa celebrada canción.
La música es esencial en el cine y muchos creen que completar el mismo con canciones significa crear una suerte de videoclip. En mi opinión, eso es un error, ya que hasta un videoclip puede tener un gran valor audiovisual. Por eso, porque alguien no estaría dispuesto a que una buena canción no completara las imágenes al igual que ocurre en los trailers. Muchos de esos avances suelen imponer canciones que atrapen al público, sin embargo, éstas no son parte de la película completa. Eso se debe a diversas razones, como por ejemplo el hecho de que la producción del film y la de su publicidad no es la misma. Por un lado se tiene a un director y equipo pensando en lo mejor para el film y por otro nos topamos con otro grupo que le de vida a un trailer dispuesto a capturar a la mayor cantidad de público posible. Eso construye imágenes desvinculadas unas de otras, y obviamente las primeras (las de los avances) son las que le dejan promesas al espectador. Una de esas promesas suele ser la música particular que suena acordemente con los mejores momentos visuales. Se trata de vender, por lo que obviamente hay material deslumbrante en los adelantos, y es normal que sus elementos queden en nuestra mente.
Fuente: marvelcinematicuniverse.wikia |
¿Qué es lo que busco con todo esto? Varias cosas. En primer lugar, me gustaría que la mentira en los trailers pudiera dar un freno, que su producción realmente se asociara con los largometrajes e incluyeran un lenguaje bien representado. En segundo, creo que este problema es un buen lugar para entrar en el tema de las canciones en el cine y como son capaces de crear escenas clásicas o ambientes más ambiciosos que los tradicionales. Se me ocurren varios ejemplos modernos para ilustrar todo eso. Ejemplos que no solo refieren a mi petición de unir a los trailers con sus películas, sino que también son culpables de tomar decisiones arriesgadas pero fantásticas.
Empezando con algo sencillo, una sola escena, debo mencionar a la reciente Star Trek Beyond, la película que marcó los 50 años de la serie Star Trek. Dicho film, una superproducción gigantesca en toda regla, planeó su promoción en torno a una canción: Sabotage de Beastie Boys, y esa tonada continuó a amenizar cada avance de esta tercer entrega. La canción siempre sonó fuera de lugar en torno a extraterrestres y naves espaciales pero tenia cierta conexión con la primera entrega de la nueva Star Trek. Dicha cinta se presentó con esa misma canción, introduciendo a el nuevo Capitán Kirk (Chirs Pine) como un personaje que aprecia lo retro. Beyond retoma esa idea e incluso basa su completo climax en la mencionada canción.
Uniendo el marketing con el propio film, el uso de una sola canción significó un punto de mejora para la película. En mi opinión, la melodía de Beastie Boys le dio una buena ventaja al film y sus intenciones. Star Trek Beyond hizo que las aventuras galácticas de Kirk y sus compañeros resultaran menos serias y mucho más intrépidas. El uso de una canción creó una excelente secuencia que francamente significó varias cosas a la vez. Fue un evento inesperado, una secuencia visual y musicalmente enérgica, algo que realmente agregó al film y se encargó de cumplir, no solo con un factor nostálgico, sino que trabajó con la anticipación del publicó. El avance utilizó la canción para presentar el film y en vez de alejarse de eso, la cinta finalmente respondió a todo con un remate que no solo presentara la canción, sino que también le dio un propósito. A mi ver, por tan simple que sea, en el momento en que la música empieza a sonar, toda la secuencia gana algo, de hecho, así se convirtió en una de las escenas del año. Una que pueden ver a continuación.
Siguiendo con los ejemplos espaciales, es imposible hablar de todo este tema de las canciones y el cine sin mencionar a la reciente Guardianes de la Galaxia. Dicha cinta de Marvel Studios conquistó a muchos a base de un par de decisiones bizarras y una banda sonora compuesta por canciones clásicas y nostálgicas. Lo diré sin problema, fue esa colección de pistas una de las razones por las que la cinta acabó siendo el éxito que fue. Para empezar, eran canciones pegadizas, pero además, había un completo acierto en su combinación con las imágenes, y digo eso partiendo desde la base que los extraterrestres y la música de los 70 no son la combinación más esperada. A su vez, con Guardianes de la Galaxia tenemos otro ejemplo de un film que se vendió a través de su música para luego usarla en su realidad. Con más de 10 canciones en su repertorio, el proyecto nunca se volvió un video musical, sino que se comportó como aquello que había vendido con una lógica y una creencia en lo que hacía. Para ilustrar esto mejor, piensen en lo que acabo de decir de Star Trek Beyond pero a una escala mucho mayor.
Con la galaxia y la música actual o más antigua, realmente propongo ejemplos bastante ambiciosos ya que son los mejores a la hora de ilustrar mis puntos. Como dije antes, creo marketing del cine debe ser más honesto con su música y producto, y no debe temerle a una canción si ésta puede funcionar. De hecho, estamos en una era de cine en la que las canciones significan más que una banda sonora si son bien utilizadas, y es esa misma utilización la que evita que una película se convierta en un videoclip de 120 minutos. Como otro ejemplo ilustrativo de lo que es un buen uso de canciones y de marketing musicalmente acertado, ahora les presento El Gran Gatsby de 2013, la versión más reciente de la novela de Scott Fitzgerald.
El peculiar trabajo de Baz Luhrmann adaptando una de las mayores novelas estadounidenses presentó unas cuantas preguntas. Pero habiendo leído dicho libro, creo que la película construida captó la esencia de la narración, y uno de los elementos que hizo eso posible fue la música. Desde que empezó a promocionarse, El Gran Gatsby hizo todo lo posible para que las canciones que la promocionaban hicieran la diferencia, más que nada porque la mayoría de ellas habían sido creadas para esta producción. Por lo que hablamos de canciones nuevas, realizadas por artistas modernos dentro de un panorama de los años 20. Una vez más, es la definición de incoherencia, sin embargo, el film se aferra a sus ideas y da razones para las canciones. Razones que van más allá de crear escenas espectaculares.
El peculiar trabajo de Baz Luhrmann adaptando una de las mayores novelas estadounidenses presentó unas cuantas preguntas. Pero habiendo leído dicho libro, creo que la película construida captó la esencia de la narración, y uno de los elementos que hizo eso posible fue la música. Desde que empezó a promocionarse, El Gran Gatsby hizo todo lo posible para que las canciones que la promocionaban hicieran la diferencia, más que nada porque la mayoría de ellas habían sido creadas para esta producción. Por lo que hablamos de canciones nuevas, realizadas por artistas modernos dentro de un panorama de los años 20. Una vez más, es la definición de incoherencia, sin embargo, el film se aferra a sus ideas y da razones para las canciones. Razones que van más allá de crear escenas espectaculares.
Con la película de Luhrmann ya hablamos de otro territorio musical, aquel en que la propia cinta crea las melodías originales y efectivamente corre el peligro de transformarse en un video musical. Si alguien es capaz de crear videoclips, ese es Baz Luhrman, pero su talento le permite construir una película que funciona a niveles que otras no se atreven a tocar. Referente a los trailers que aman usar canciones atractivas y luego ofrecen una banda sonora insulsa, Gatsby es el vivo ejemplo de que la música es tan importante como lo visual en el cine. El audio significa la mitad de la batalla, y tomar riesgos con melodías cantadas no siempre significa ir a lo fácil. De hecho, es más difícil encontrar la canción perfecta para la ocasión que crear una banda sonora de acuerdo a lo que se ve en pantalla.
Todo lo que digo no significa que no apoye el trabajo de los compositores. De hecho, una buena banda sonora superará a cualquier canción que se interponga en el cine. Ahora, la habilidad de esas composiciones están perfectamente establecidas, mientras que el uso de canciones suele ser señalado de vago solo porque algunas veces resulta de esa manera. Para ser justos, algunas bandas sonoras son todavía más perezosas y carecen de alma u originalidad. Por lo tanto estamos en el mismo lugar con ambas. Directores de gran talento han realizado proyectos musicalmente excelentes por sus aciertos y buen gusto. Algunos ejemplos son Drive de Nicolas Winding Refn, Mommy de Xavier Dolan, un buen puñado del cine de Danny Boyle, y... ah si... toda la filmografía de Quentin Tarantino...
La nueva década ha mostrado cambios en el cine a nivel de formato y de alguna manera ha intentado cosas diferentes. Por eso, viviendo en esta época, es conveniente empezar a aceptar todos los elementos que la misma ofrece, en cuanto a posibilidades y riesgos. Hoy incluso las superproducciones tienen la capacidad de perder los papeles y darle sentido a canciones incoherentes. Bueno, más que sentido, propósito. No cabe duda de que la música es una parte masiva de la cultura, por eso, cuando su unión con el cine funciona, todo es asombroso y ayuda a cementar momentos únicos del séptimo arte. Ejemplos clásicos llegan a mi mente, como la caminata final de Judd Nelson en The Breakfast Club, esa no sería nada sin la magistral Don't You de Simple Minds. O sino John Cusack sosteniendo ese parlante en Say Anything, dicho momento valdría poco sin In Your Eyes de Peter Gabriel, aunque siendo sinceros, cualquier canción se hubiera vuelto icónica en esa escena.
Este es mi humilde aporte al ambiente musical del cine, uno que comienza a partir de un enojo con los trailers y su mala disposición para presentar una película. Me gusta que una película no tenga miedo de ser lo que es, y el buen uso de una canción supone esa valentía si fue bien utilizada. Elegir una canción y encontrar una razón para ponerla no es sencillo, pero cuando todo funciona, el resultado es excelente. Quizá esté empujando para que las producciones no le tengan miedo a las canciones, dado que éstas no solo fabrican videoclips, no solo son vagas. La unión de las canciones y el cine puede ser especial y la misma no ha dejado de ser ilustre con aquellos largometrajes que se atreven a escuchar y ver a la vez, a encontrar esos momentos memorables. Como este...
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